Esto interesa a personas -menores o adultos- que sufren o sufrieron abuso sexual infantil. La actividad de la Fundación Vicki Bernadet contempla ofrecer un servicio integral de atención en estos casos, aunque parece redundar sobre todo en hacer aflorar socialmente esta problemática. Quizá estamos todavía en esta fase de toma de conciencia colectiva, y este afloramiento sea muy necesario; sin embargo, se echa de menos, en la estructura de la web, accesos fáciles, claros y confiables, especialmente para los adultos afectados, a la ayuda directa y personalizada que deduzco se incluye en esa ‘atención integral’, ejemplos de casos de personas reales, descripción más detallada de en qué consiste una ‘intervención’, descripción más detallada de los recursos materiales y humanos disponibles, y datos cuantificados de los resultados de sus actividades en cuanto a intervenciones individualizadas.
Examinando escrupulosamente la web, no parece que el acento esté puesto en la atención directa a personas, más bien ésta comparte el grado de importancia con el resto de servicios que ofrecen -y algunas tienen un precio-, como asesoramiento, formación o actividades divulgativas.
El hecho de que las terapias -parecen destacar entre ellas las grupales-, estén guiadas por psicólogas me inspira desconfianza, pues conozco bien el bajo nivel, con la mera licenciatura, de los psicólogos/as en España. Preferiría leer que hay psiquiatras o neuropsiquiatras entre su personal, si bien afirman que ellas son ‘profesionales’.
Aun así, promuevo esta web y sus servicios, pues los considero, en sí, extremadamente necesarios. Las personas, menores o adultos -éstos también menores en su momento- que han sido y son víctimas de abusos sexuales constituyen una auténtica punta de iceberg de un problema social enorme, muchísimo mayor de lo que la mayoría siquiera sospechamos -como mínimo afecta a un 20% de la población-. Una problemática, además, extremadamente difícil de detectar, pues suele darse en el entorno de la familia, la cual constituye todavía un valor esencial de nuestra sociedad. Está bien que dispongan de centros en los que poder al menos informarse, tal vez desahogarse, espero que además poder tratarse adecuadamente cuando haga falta.
Desde 1997 han ‘atendido’ -mediante asesoramiento o ‘intervención’- a 2300 personas. Son relativamente pocas. Así que, todas aquellas personas que tengan problemas relacionados con abusos sexuales, tienen desde ya un centro donde acudir, a informarse, ‘desahogarse’ o tratarse. Quien les apoya -y en parte subvenciona- son entidades poderosas y supongo que bien dispuestas, por lo que sugiero que nadie tenga reparos en ‘ponerlos a trabajar’.
Si alguien tiene más datos -mejor independientes- sobre esta fundación, agradecería que los contrastara aquí. Me interesará hacer un mínimo seguimiento de esta entidad, en especial del grado y calidad de la atención directa o ‘integral’ que afirman ofrecer.
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